Feuerbach Nos habla de Dios y el hombre, que el hombre no es lo que es Dios. Dios y el hombre son dos extremos: Dios es lo absolutamente positivo, el contenido de todas las realidades: el hombre es sencillamente lo negativo, el concepto de la nada. Dios considerado como punto extremo del hombre, como ser no humano, es decir, como ser personal es la esencia objetiva de la inteligencia. La esencia pura, perfecta, divina, es la conciencia de la inteligencia con respecto a su propia perfección.